Hola hola! Aquí una fan de la marca Kérastase!
Recuerdo que cuando conocí esta marca tendría unos 15 años y el acceso a comprar por internet era escaso… Sólo se vendía en peluquerías o tiendas especializadas y, como no, a un precio no muy asequible para una adolescente. Con el auge de las compras online, todo esto se facilitó, y acceder a esta marca, ahora, es coser y cantar.
De aquella, yo compraba el Ciment Theramique de Kérastase, que es un tratamiento termoactivo reparador. Se decía de él que era un protector térmico, aunque exactamente no es así. Es un producto muy hidratante que se activa con el calor, por lo que se aconseja su uso con plancha y secador. Aporta una sedosidad y un brillo increíble, cuidando mucho el cabello ante el calor. ¡Siempre seré una defensora de este producto! ¡Por no decir lo bien que huele!
Sé que cualquier cosa de esta marca me va a conquistar, por lo que, desde hace poco, me declaro fan del champú blond absolu de Kérastase. Es específico para cabellos teñidos o con mechas rubias. Entre sus componentes, destacamos:
- Flor de nieves, que tiene efectos antioxidantes mediante los cuales protege todo el cabello.
- Ácido hialurónico, que aporta firmeza y previene los daños externos.
- Neutralizadores de color Ultraviolet. El poder del lila. Elimina cualquier tono amarillo del cabello, potenciando un rubio bonito, brillante y neutralizado.
Nada más aplicarlo, lo que más llama la atención es que es muy suave. Sí, el propio gel es suave, una sensación muy pocas veces experimentada. En el pelo se aplica de maravilla, genera la espuma justa y, precisamente esa suavidad, evita enredos.
El acabado, sencillamente, es brutal. El pelo brilla mucho. Muchísimo. Se nota suave y muy hidratado. Pero lo que más me ha llamado la atención es lo mucho que me dura el pelo limpio, sobre todo porque es un champú para todo tipo de cabellos. También huele increíble, como no, y cunde mucho, pues con sólo una avellana es suficiente para todo el cabello.
Pronto probaré la mascarilla de la misma gama, ya os contaré qué tal. Pero sin duda, ¡Kérastase sigue sin defraudar!
Mua!